El reino animal está repleto de hermosas e imponentes especies animales Y sin embargo, antes de llegar a este punto, todos estos animales no han sido más que pequeñas crías. Leones sin sus melenas que, distraídos, juegan con sus hermanos a ser terribles cazadores; pequeños elefantes que se esconden tras las inmensas patas de sus padres; o jirafas que imitan a sus madres hasta alcanzar las ramas más altas de los árboles.
En el artículo de hoy te traemos siete animales cuyas crías no sólo son preciosas, sino que cuentan con ciertas características dignas de mención: desde la forma en la que llegan al mundo, hasta su pelaje, su peso o sus hábitos de crianza.
Crías de guepardo
A diferencia de otras especies animales, los cachorros de guepardo nacen con un pelaje mucho más largo que los adultos. Un hecho que se acentúa principalmente en el rostro, dotándoles de un gracioso aspecto, como si portasen una expresión de perplejidad constante.
Al alcanzar la madurez su pelaje pasará a ser ese característico manto de pelo corto e infinitas manchas negras. Precisamente por estas manchas, a menudo se confunde a los guepardos con los leopardos: si no quieres cometer este error, no te pierdas este artículo donde explicamos las diferencias entre ambas especies.
Ya sea como cachorros o como adultos, una cosa está clara: los guepardos son una de las especies más bonitas del continente africano.
Crías de jirafa
Con sus cerca de seis metros de altura, la jirafa es uno de los animales más altos del mundo y, curiosamente, de los pocos que dan a luz de pie. Un dato que a primera vista puede no llamar la atención, pero que supone que, al nacer, la cría de la jirafa cae al suelo desde una altura aproximada de dos metros. Sin duda, es uno de los nacimientos más traumáticos del mundo animal.
Por suerte, el bebé no sufre ningún daño: al nacer se encuentra envuelto en el saco embrionario, que se rompe al caer al suelo y sirve como protección.
Crías de elefante
Al compararlos con sus progenitores y compañeros, los elefantes bebés parecen pequeñas y graciosas criaturas que siempre aparentan estar de buen humor. Algo cierto, pero con determinados matices en lo que respecta a su tamaño: si bien en comparación con el resto de miembros de su grupo los jóvenes elefantes son bastante pequeños, al nacer ya rondan los 100 kilos y miden cerca de un metro.
Puede parecer una cifra impresionante, pero debemos tener en cuenta que el elefante es el animal terrestre más grande del planeta: ¡un elefante adulto puede llegar a pesar 7.500 kilos!
Crías de león
Entre los humanos, la crianza colectiva suele ser un método alternativo al tradicional cuidado de los hijos en la mayoría de sociedades. En el reino animal, sin embargo, es un método mucho más frecuente. En concreto, las leonas de una misma manada suelen sincronizar su ciclo reproductivo y cooperar en la crianza de sus hijos: los cachorros maman de una u otra leona independientemente de quién sea su madre biológica.
Algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que los leones son animales altamente sociables: a diferencia de los leopardos, que suelen ser más solitarios, las manadas de leones suelen estar compuestas por cinco o seis hembras, sus crías y entre uno y cuatro machos.
Crías de gorila
En el universo de los gorilas, las madres se toman muy en serio su trabajo. Tanto que amamantan a sus crías hasta que éstas alcanzan los tres o cuatro años. Y, a pesar de que aprenden a andar con apenas cinco meses de edad, sus madres seguirán cargándolos hasta que alcanzan el año y medio.
Además, los hijos continúan formando parte del mismo grupo que sus madres durante largos periodos de tiempo.
Un cuidado maternal que se asemeja bastante al de los humanos: tan sólo hay que ver la delicada forma con la que las hembras gorilas sujetan a sus bebés.
Crías de leopardo
Puede que el leopardo sea uno de los grandes felinos más temibles de la sabana, pero deben recorrer un largo camino hasta conseguirlo.
Las crías de leopardo nacen «ciegas». ¿La razón? No abren los ojos hasta pasados al menos diez días, momento en el que su iris posee un tono azul brillante que probablemente desaparezca con el paso del tiempo. Un hecho que contribuye a su debilidad al nacer: dependen totalmente de sus madres para defenderse, convirtiéndose en un blanco fácil para los depredadores que quieran atacarlas.
Crías de rinoceronte
Si tenemos en cuenta que los rinocerontes son especialmente famosos por su codiciado cuerno, resulta curiosa saber que, de hecho, sus crías nacen sin él. ¿El motivo? El cuerno del rinoceronte está compuesto de queratina —la misma sustancia que tenemos los humanos en el cabello y las uñas—, lo que provoca que vaya creciendo gradualmente a lo largo de los años.
Así, un rinoceronte bebé no tendrá más que una pequeña protuberancia que irá desarrollándose con el paso de los años. En general, el cuerno frontal de los rinocerontes adultos suele medir en torno a los 50 centímetros, aunque puede llegar a alcanzar más de un metro de longitud.
¿Te gustaría poder contemplar a estos graciosos animales con tus propios ojos? Ponte en contacto con nuestros asesores y ellos te ayudarán a planear el viaje de tus sueños a África. ¡Estas y muchas otras especies te están esperando!
¡Planifique su viaje soñado a Africa!
Consulte ahoraAbre nuestro formulario
Basado en 2,486 opiniones